viernes, 28 de agosto de 2020

Feminism is Universal: Feminisms, a Global History, by Lucy Delop

2020 will turn out to be a crucial year for many things, one of them without a doubt will be that it constitutes a crossroads, an upheaval in the world of feminism brought about by the encroachment of self ID of transsexuals and its consequences for all women. In this of all years, this text presents a much-needed trot through of the history of feminism. Here, for example, the reader will discover the origin of, and the different meanings given to terms like “patriarchy”, why feminists have always placed special significance on spaces, and the views and concerns of prominent feminists on women as consumers.

A special strength of this book is the effort it makes to present the feminisms in different continents, the reader will be exposed to the ideas of Japanese, Brazilian, Nigerian, and Indian, feminists among many others. This gives the lie to the frequently made accusation that feminism is an exclusively Westernised movement formed by white women.

The illustrations deserve a paragraph on themselves they are not only biographical, but cultural. It is interesting for example to see a portrait of a gathering of Japanese feminist group in the early 20th century. 

All in all I could not recommend this more highly. It is interesting, it is engaging and once you finish it you will have a better idea of the many forms that feminism has taken, in both space and time, and may yet take.

Once again, many thanks to NetGalley for allowing me to read an early version of this text.

Feminisms: A Global History (Pelican Books) (English Edition)

sábado, 8 de agosto de 2020

Sobre el Feminismo Crítico

 



Sobre el feminismo crítico.

Creemos que la mujer es la adulta del sexo femenino del ser humano.

Creemos que la biología sexual humana es inalterable y binaria o sea que si se nace hombre o mujer se es hombre o mujer hasta la muerte.

Diferenciamos el género del sexo. El sexo es biología, el género es socialización cultural. Para algunas de nosotras el género es un engendro del patriarcado basándose en qué siempre han sido los hombres los que han definido lo que caracteriza el ser femenino y el ser masculino. Otras no van tan lejos, pero rechazan la simplificación qué supone los papeles asignados a ambos géneros. Sea cual sea nuestra opinión sobre el génesis del género, lo que tenemos en común es que rechazamos la simplificación casi ridícula que las definiciones de género suponen y también que la socialización puede definir y acompasar el sexo.

El fin del feminismo es apoyar los intereses de las mujeres en aras de buscar la igualdad, por tanto, el feminismo no incluye ni a los hombres ni a los trans femeninos. Contra lo que muchos sostienen, el feminismo aún tiene un papel muy importante que jugar en el siglo XXI porque estamos muy lejos de adquirir esa igualdad. Cada grupo tiene el derecho y el deber de promover sus propios intereses.

Las feministas solemos ser de izquierdas porque nuestro propósito ha sido siempre cambiar la sociedad.  

Sobre las personas trans.

Aceptamos la existencia de las personas trans, aceptamos que tienen todos los derechos que cualquier grupo en la sociedad tiene.

Sin embargo, rechazamos que las personas trans puedan cambiar de sexo. Algunas de nosotras interpretamos el ser trans como una subversión del género, pero aun así sostenemos que el sexo no se puede alterar.  

No aceptamos que se pueda diferenciar entre cerebros masculinos y femeninos.

Para nosotras el enfrentamiento entre el feminismo y lo que pretenden los trans activistas, o TRAs, como colectivo que dice representar a los trans, es un conflicto que debe resolverse en la negociación. Es muy frecuente que los intereses de diferentes grupos sociales desaventajados choquen entre sí. Y la manera de resolverlo es hablando y poniendo límites. La finalidad de la negociación es establecer esos límites, no negar la existencia del otro, ninguna feminista crítica niega el derecho a la existencia de las personas trans.  

Creemos que la auto identificación es perjudicial porque permite a cualquier persona del sexo masculino decir qué es del sexo femenino. Aunque superficialmente parece que esto no supone un problema, en la práctica ha demostrado serlo por que un número significativo de los hombres siempre estará dispuesto a adoptar las maniobras que sea para someter, vejar y atacar a las mujeres y borrarlas. La tendencia hacia la violencia del sexo masculino está más que probada. La violencia expresada a menudo contra las feministas por parte de los trans activistas no hace más que reforzar esta creencia.  

Reconocemos también que las trans suelen ser (hay excepciones, algún que otro hombre privilegiado reclama ser trans), un grupo desaventajado marginal y discriminado. Sin embargo, no creemos y nos negamos a reconocer que son más desaventajados marginados o discriminados que las mujeres y en este punto hemos de recordar que las mujeres usualmente (cuando no se nos elimine antes de nacer usando el aborto selectivo), constituimos el 51% de la población humana.