domingo, 4 de octubre de 2020

"Acordaros de mi..." un discurso sobre el feminismo critico...

 

Encontré hoy este texto en Twitter y creí que merecía ser traducida al español y alcanzar mayor difusión por tratarse de un excelente discurso sobre la posición de las feministas criticas del genero.

La escribió una mujer bajo el seudónimo carrotandcornsoup el viernes 10 de diciembre de 2017, en el grupo britanico "mumsnet".

"A las mujeres que me chillaron por ser una TERF, una intolerante y una aborrecible transfóba por defender los derechos de las mujeres,

Diez, quizás quince años en el futuro os pediría que os acordarais de mí.  

Acordaos de mi cuando tengáis vuestro primer hijo y se refieren a ti a lo largo de tu embarazo cómo “un individuo gestante” o “una persona embarazada” y te hacen sentirte deshumanizada, y deseáis en la profundidad de vuestro ser que se refieran a vosotras como mujeres, madres, porque es eso lo que sois. Pero no les es permitido hacerlo, porque es ilegal decir que solamente las mujeres pueden estar embarazadas o dar a luz.

Acordaos de mí cuando estáis dando luz y os sentís vulnerables y expuestas y lo que de verdad deseáis es tener otra mujer junto a vosotras qué entienda por lo que estáis pasando. Pero resulta que vuestra madrina es un hombre de casi 2 metros con barba que lleva vestido. Y sabéis que no es una mujer, pero no os está permitido oponeros, incluso cuando hace falta que seáis examinadas íntimamente y solo queréis que lo haga una mujer, pero sabéis que no podéis decir nada, porque sería clasificado como un discurso del odio, aunque vuestros cuerpos estén gritando en protesta.  

Acordaos de mí cuando vuestras ancianas madres, qué han perdido la razón por la demencia, entren en una residencia y os dicen que su cuidadora personal es una tal Susana, una mujer, porque habéis pedido que solo les atienda una mujer. Pero ella, tu madre, incluso en su estado de confusión, sabe que Susana es un hombre y vosotras sabéis que Susana es un hombre, pero no podéis oponeros. Y tu madre ha de someterse y dejar que Susana cuide de sus necesidades más íntimas por qué oponerse sería pronunciar un discurso de odio.

Acordaos de mí cuando vuestras hijas vienen a casa de la escuela llorando, las hijas que se han pasado los últimos 5 años entrenándose para ser las mejores atletas de su clase, de su escuela, de su provincia. Lloran porque Lucas, de su clase y uno de los chicos más rápidos, ha decidido que ahora se identifica como niña y por tanto se le va a permitir participar en las carreras en las que participaban solo ellas. Y ellas ya saben que ahora no importa cuánto tiempo se pasen entrenando, que él siempre las vencerá y ahora sólo pueden aspirar a una medalla de plata o quizás incluso de bronce, si sale otro Lucas.

Acordaos de mí cuando vais a unos servicios por la noche, quizás en un bar, y no hay nadie por ahí y de repente entra un tío que tiene barba y lleva vaqueros y camiseta y os mira de una manera rara, que os hace sentiros incómodas. Os preguntais si os va a hacer daño, pero no podéis objetar a su presencia, porque si lo hacéis, él os dirá que es una mujer y que tiene tanto derecho como vosotras a estar en esos servicios, un lugar donde hace no tantos años os habríais sentido seguras.

Acordaos de mí cuando busquéis un ascenso en el trabajo, una silla en el consejo de dirección asignado siempre a una mujer, habéis trabajado duro, habéis trabajado tan duro que sabéis que os lo merecéis. Pero sin embargo ese puesto se asigna a Lola, quien hasta el año pasado era un hombre de unos 50 años. Lola nunca va a necesitar tomarse tiempo libre para tener hijos o para ocuparse de problemas de salud como la endometriosis, el cáncer de mama o la depresión postnatal. Lola es una mujer como tú, y tú empresa se está congratulando de que han alcanzado su objetivo respecto al número de mujeres que tenían previsto incluir en el cuerpo directivo.  

Acordaos de mí cuando leéis en el periódico que las estadísticas de crímenes de las mujeres, en particular la violación y el asesinato, han incrementado y que ahora las mujeres llevan a cabo unas cuotas de violación y asesinatos mucho más altas que cuando erais jóvenes, y sabéis que estas mujeres son hombres y que las estadísticas están equivocadas, pero oponerte a ellas sería discurso del odio. Acordaos de mí también cuando estas “mujeres” violadores son encarceladas con otras mujeres vulnerables en prisiones antaño femeninas, y cuando esas mujeres vulnerables no pueden escapar ni oponerse a la presencia de las “mujeres” violadoras con pene en la prisión, porque sería discurso del odio

Acordaos de mi cuando vuestros hijos vengan a casa de la escuela y digan que aprendieron en clase que se puede cambiar de sexo y que algunas chicas tienen pene y algunos chicos, vagina, y que su profesor ha dicho que porque les gusta jugar con las chicas y las muñecas que a lo mejor realmente en el fondo son chicas en el cuerpo equivocado. Y para vosotras pensáis “No, tú eres mi magnífico y único hijo y naciste en tu propio cuerpo”. Acordaos de mí, cuando pasen unos meses y el profesor os llama para hablaros y dice qué ha notado que no estáis validando la nueva identidad de vuestros hijos, y que se ha percatado de que aún os estáis dirigiendo a ellos por el nombre qué con tanto cuidado escogisteis para ellos cuando nacieron, y aún les decís que es chico cuando, de hecho, es chica. Añade que él no quiere tener que llamar a los servicios sociales pero qué teme que tendrá que hacerlo si os empeñáis en referiros a vuestros hijos usando el género equivocado y a negar su verdadera identidad. Y sabéis que lo hará, por qué ha pasado antes en una escuela cercana, y tenéis miedo.

En este maravilloso mundo nuevo qué habéis ayudado a crear, mirad a vuestro alrededor, a ver si encontráis a vuestros amigos transgéneros, vuestros amigotes de izquierdas y aliados masculinos a los que apoyasteis y con los que gritasteis “¡TERF, intolerante, transfoba!” a otras mujeres. Y vosotras gritabais más alto que ellos porque queríais mostrarles qué buenas aliadas erais, que inclusivas, qué progresistas… ¿Dónde están esos tíos ahora? Bueno, pues están donde siempre estuvieron, beneficiándose del patriarcado, disfrutando de la nueva, mejorada, versión del mundo que vosotras les ayudasteis a crear cuando les ayudasteis a aplastar la resistencia de otras mujeres que hablaban de los derechos de la mujer. Todo eso a ellos no les ha costado nada, para ellos el mundo ha mejorado, es un mundo más cómodo. Sin embargo, a vosotras y a vuestras hermanas, las que hicisteis campaña con ellos, para alardearos de virtuosas, os ha costado todo

Y yo estaré donde siempre he estado, luchando por nuestros derechos, luchando por deshacer el daño que habéis hecho.

Y, como siempre, hermanas, os protegeré."

 

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